El sol, que no deja de ser un ojo, guarda recuerdo de su puesta, de sus infinitas puestas. Pero no por ello deja de renacer cada día... La melancolía no puede estar exenta de unas pinceladas de esperanza. Abrazos.
El sol, que no deja de ser un ojo, guarda recuerdo de su puesta, de sus infinitas puestas. Pero no por ello deja de renacer cada día... La melancolía no puede estar exenta de unas pinceladas de esperanza. Abrazos.
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