




Una buena parte de los hombres no tiene más vida interior que la de sus palabras, y sus sentimientos se reducen a una existencia oral.
Tres facultades hay en el : la razón que esclarece y domina; el coraje o ánimo que actúa, y los sentidos que obedecen.
Lo que está delante de nosotros y lo que está detrás es poco importante comparado con lo que reside en nuestro interior.
Cada uno es como Dios le hizo, y aún peor muchas veces.